
... y ,a medida que avanzaba, la música se hacía más nítida y el camino más amable. Ni se daba cuenta de que al principio había perdido toda la ropa, enganchada en unas ramas que le parecieron hostiles. Hostiles? Las ramas eran un mero instrumento purificador. Para sentir con el alma esa música Lili debía ser sólo Lili. Dejar a la princesa en la cuneta, dejar los recuerdos amenazadores en la punta de su diadema. Ve hacia la luz Lili, ve hacia la luz! Y a mi, y a nosotros, a todos los que deseábamos que Lili fuera valiente se nos dibuja un gesto de emoción. Estamos contentos por ella. Ella es el espejo en el que queremos reflejarnos mientras observamos un camino del que emana nuestra música. Una música que nos hace llorar.
Ella ya es libre ... parece un cuento.
ResponderEliminarbueno... de ahí el título. La princesa es libre y comió gengibre. ;-P
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
SALUDOS WALTER
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
Gracias por todo José Ramón. Pasé un buen rato con Robin y la Pantera Rosa.
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