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Alicia y el árbol

Alicia saca su sofá naranja al jardín para que se lo lleven a la basura. Tiene quemaduras de cigarrillo por todos lados. Es que tiene la costumbre de apagar sus recuerdos en el sofá e incendiar el tiempo y las palabras.

Su sofá naranja se lleva sus recuerdos. Pero, súbitamente, uno se cae del sofá y se organiza a la sombre de un árbol en el jardín. Alicia se recuesta sobre la sombra y cae en sus recuerdos: la noche con luna tiritando en el portal, la mano tibia que recorre su cintura, la boca tersa que se ajusta a sus labios y el temblor posterior cuando suavemente algo la penetra y la deja volando en el tiempo.

Abre los ojos. Sale de la sombra del árbol de un salto… ¿Qué hace este recuerdo aquí? Se pregunta asombrada.


Alicia no puede evitar que la tarde haga suya la sombra del árbol donde habita ese recuerdo. Alicia no puede vivir sin recuerdos. Y cuando Alicia está sola, se cobija en la sombra de su árbol. Un recuerdo siempre son dos brazos que te abrazan cuando nadie más lo hace.


Druida de noche.

1 comentario:

  1. ... No lo evites Alicia.
    *Hoy un recuerdo me hizo un bonito regalo.

    Gracias en Beso

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