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Algo le pasa a Rufus


Ya tuve una premonición esta mañana, al levantarme. Un mal presagio. Rufus estaba en un rincón. Tembloroso, acurrucado.
- Qué te pasa, gatito? – le dije.
Ni un triste maaau. Me miró, como asustado, y siguió en esa postura. Con su motorcito encendido…,runrunrunrun. Normalmente me sigue hasta la cocina, haciendo eses entre mis piernas, refregándose cada vez que me paro. Pero esta mañana nada le importaba, como si se escondiera de algo.
- Toma Rufus – grité, mientras sacudía el saco de pienso.
Nada! Lo normal hubiera sido un pequeño terremoto, garras deslizando por el parqué, maullidos histéricos, pero nada.
- Estás enfermito, cielo?
Cada vez que le decía algo era como si tuviera un pequeño susto. Enérgicamente, como en un tic espasmódico, se giraba violentamente. Olía el aire, oteaba el entorno, y volvía a acurrucarse. Pensé que todo era muy extraño y que, si seguía con esta actitud, mañana lo llevaría al veterinario. Al salir de casa, lo reconozco, estaba un poco preocupada. Siempre me alteran los cambios inesperados de actitud, ya sean de un gato o de la persona más querida. Pero no tenía tiempo, mi avión despegaba a las diez y casi eran las nueve. Bajé la escalera a todo tren y, al pasar por el primero, el perro de mi vecina se puso a aullar. Cuando estuve unos escalones más abajo paró. Muy extraño, todo muy extraño. En el vestíbulo me crucé con Pepa, la portera, que estaba abrillantando las placas doradas de las oficinas del entresuelo.
- Buenos días, Pepa!
O no me oyó o yo iba demasiado aprisa y no percibí su respuesta. Ni tan siquiera se giró. Bah, siempre ha sido alguien muy especial, pensé. Es capaz de darte un monólogo sobre las alubias del mercado y al día siguiente girarte la cara haciendo la despistada. Lunática!
Al salir a la calle una explosión de luz me cegó y, como por arte de magia, me vino a la memoria el sueño de la noche anterior. Mal sueño para recordar esperando un taxi que me llevara al aeropuerto.
- Abróchese el cinturón, por favor! – me mandaba el sobrecargo.
- Pasa algo?
- Abrócheselo por favor!
Muy buena cara no tenía.
Al mismo instante yo miraba por la ventanilla y observaba un motor perdiendo lo que parecía ser combustible.
- El motor, el motor!! – decía yo agarrando al sobrecargo por el cuello de su uniforme.
- Está todo bajo control, señorita. No hay porque preocuparse.
Por suerte me desperté antes de que pasara nada, lo último que recuerdo es que el combustible se encendía. Después un ruido ensordecedor y gritos, muchos gritos.
Los sueños tienen su significado y casi nunca quieren decir lo que muestran. Se tiene que hurgar y hurgar para encontrarles el sentido.
Un cambio? El trabajo? Martín? No, Martín no. Últimamente lo nuestro marcha bien. Vaya, ahora que lo pienso, le dije que llamaría antes de marchar.
- Nada, qué extraño! Y cómo es que me ha llamado tantas veces esta noche y yo no oí nada?
Bueno, la verdad es que estaba muy cansada y me pasó la noche como en un chasqueo, ya lo probaré más tarde, en el aeropuerto. Aún tengo tiempo de comprar el periódico mientras llega el taxi. Paco está de espaldas, ordenando los periódicos del día.
- Buenos días, Paco – le digo.
No me oyó, está absorto en su tarea. Bah, cogeré el periódico y no le entretengo. Le dejo el dinero en el mostrador.
Pero, carai, qué es esto? Noticia de portada. No me lo puedo creer!
“ Airbus 320 de Iberia se estrella en los Monegros a las 10’30 de la mañana. Sin supervivientes. Se busca la caja negra para… “
Cómo puede ser que no me enterara? Menos mal! Es el mismo avión que yo debo coger hoy. La misma hora, sólo un día de diferencia. Si en vez del 13 de febrero lo cojo el 12 no lo explico. Y eso que a mi el 13 me da escalofríos. Ahora mismo me dieron escalofríos, incluso estoy aterida…
Se acerca un señor al quiosco.
- Hola Paco!
- Hola, señor, buenos días – contesta el quiosquero.
Al menos a él le oyó.
- Oiga Paco, no tendrá un periódico de ayer? Lo necesito.
- A ver… Creo que alguno hay… Mmmm , sí. El Periódico, 13 de febrero, aquí está.
Que no Paco! Hoy estamos a trece! Mira mi periódico, mira…
No, no es posible!
No me oye. Habla con el señor.
- Una chica tan maja! – dice Paco, señalando mi edificio.

Un poco de hojas de otoño en Madrid ...


Sentada de espaldas al pasado espero.

Mientras, sin avisar, veo por la ventana caer dos hojas marrones. Son ellas las que despiertan en mí una transición, entonces mi vida como mujer queda cubierta de color ocre de otoño.

Te susurro al oído, tú juegas con mi pelo;
- Descríbeme una historia, cuéntame un otoño en que compartiste amor con alguien, en el que casi sin palabras escribías poemas de viento.
- No puedo, me dices, nunca compartí amor en otoño.
Cojo tu mano y miro tus ojos, sonreímos, justo en ese momento el mundo se detiene.


… Y fuera se oye una canción que lleva su nombre

Angels (´) 
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Tienen RAZÓN, pero...

La música no es más que matemática. Unas ondas a una frecuencia determinada que llegan a nuestro cerebro a través de los conductos auditivos. Y bla, bla... A veces LOS FORMULADORES deberían tener oídos, escuchar y guardar el cuaderno en lo más hondo de su pupitre frío y desolado.



La llamada


Giovanni Specchio se acababa de levantar cuando, en lo que sería una cadena casi sin fin, sonó el teléfono.
- Dígame – dijo, por primera vez.
Nadie contestó, en lo que sería una cadena de silencios casi infinita.
- Quién es? – insistió.
Nada, sólo una presencia preocupante al otro lado de la línea.
Así día tras día, hasta que una mañana, por arte de magia, quizás, Giovanni se acostumbró. Esa madrugada, que debía ser como las otras, se levantó a la misma hora de siempre, y a esa misma hora sonó el teléfono. Pero ese día descolgó con energía, sin saber por qué. Conjugó el imperativo con una euforia indescriptible, para él. Sin conocer la razón, su voluntad tenía sed de ese momento.
- Dígame – dijo.
- Quién es? – insistió, como hacía tan a menudo.
Y nada, claro. Sólo el silencio y un leve ronroneo. El ronroneo al que Giovanni era adicto inconscientemente.
La vida de Giovanni Specchio iba pasando con más pena que gloria, era un ser gris, mediocre, sin ningún atisbo de ínfula, aunque la peculiaridad de su despertar diario le hacía más importante de lo que él nunca llegó a sospechar.
Hubiera podido hablar con la policía, o con los de la compañía. Hubiera podido compartir su secreto con algún familiar, o algún conocido, pero no quiso ser tomado por loco. Un lunático solitario, eso es lo que era. Pero de ahí a loco había un puente al que no se le observaba el final.
Como a todo ser vivo, a Giovanni le llegó su fin y, aunque mísero, tuvo suficiente para encargar una lápida para su nicho. Con la oposición, cabe decirlo, del párroco del cementerio, que le dijo que no era partidario de frases filosóficas en el camposanto.
Giovanni, que no entendía de ciencias ni de esencias, se encogió de hombros y sonrió al cura. La misma sonrisa que le quedó cuando, después de expirar, habiendo recibido el sacramento de la extremaunción, el vicario de Dios cerró sus ojos sin brillo.

Al cabo de unos años, su tumba, con la oposición tácita del viejo rector, se ha convertido en lugar de peregrinaje para poetas existencialistas. Y seguro que la frase grabada en el mármol es una fuente más de inspiración para las sedientas bocas de los aspirantes a la nada.

Giovanni Specchio 1925-2006 “ Aún me pregunto quién me llama “

El Puente


Cuenta la leyenda que Genaro Sinfé volvía a casa después de años de un exilio al que le obligó la hambruna que asolaba la región de Nocreas. Había tenido suerte, gracias al duro y cruel trabajo, y acarreaba un saco lleno de semillas y una bolsa llena de monedas. Su felicidad fue casi absoluta cuando divisó el esbelto campanario que, quizás a modo de bienvenida, empezó a resonar con el tañido reverberante de sus campanas de bronce. El castillo se alzaba, como siempre, vigilante, en la cima de la colina y sus estandartes amarillos y verdes ondeaban, amistosos, quizás como señal de la buena nueva. A cada paso, la postal que retenían sus retinas se transmutaba en pétrea realidad. Empezaron a llegarle los aromas olvidados, los olores que, a medida de atravesar diariamente su pituitaria, formaban parte de sus sensaciones cotidianas. Esas a las que no das importancia hasta que desaparecen de tu vida. Estaba tan cerca de la puerta principal de la muralla que ya llegaban hasta él las voces de los niños jugando en la plaza porticada, quizás algunos no habían oído hablar nunca de él. Y sólo le quedaba el último paso. Un paso real y uno alegórico. El puente! El puente que separaba el ayer extenuante del hoy gratificador. Genaro se dispuso a atravesarlo y, a cada paso, la euforia invadía su alma. Cuando llegó a la mitad, justo en el vértice donde termina la cuesta y asoma el descenso, se paró para observar el foso. Como si no hubiera pasado el tiempo! Los patos con su nadar errático fabricaban surcos ondulantes que iban a fallecer en la orilla, los peces de colores daban un toque de alegría a sus aguas opacas cuando emergían en busca de algún insecto incauto, unos mozalbetes intentaban rebotar piedras al otro lado, un poco más allá… El tiempo parecía haberse parado, todo estaba en su sitio.
- Dónde vas, forastero?
Le cogió por sorpresa, despertándole de su paréntesis. Un viejo le sonreía, apoyado a unos metros de él. No había maldad en su rostro, ni cinismo en su gesto.
- Soy Genaro Sinfé. Marché hace unos años a buscar fortuna y vuelvo a mi hogar, por fin, después de haberla encontrado. Al fin vuelvo a casa.
- Si Dios quiere! – contestó el viejo, amablemente.
Genaro calló y se dirigió a la puerta de la muralla después de despedirse del anciano con un gesto casi imperceptible. Cuando acababa de atravesar el puente, ya a pocos metros de la entrada, se paró y dijo susurrando: “Tanto si Dios quiere como si no quiere… “
La leyenda popular cuenta que, después de hablar así, Genaro se encontró, de golpe, nadando en la fosa, como un pato más. La venganza divina, no contenta con alejarlo de casa, de separarlo de los suyos, de tenerle años a pan y agua , trabajando como un mulo, para ahorrar lo suficiente, se había cebado en él por un pequeño momento de soberbia. Por una frase innocua, farfullada en un momento de euforia. Por esta misma frase, su mujer, y sus hijos, seguirían pasando hambre, sólo abastecidos por la miseria que conseguía su pobre esposa vendiendo su ajado cuerpo los días de feria. La venganza divina es terrible. Cuenta, también, la leyenda que, después de un par de años como ánade del foso, vio a un viajero llegar a la muralla. Fue nadando hasta el puente y oyó la pregunta que un tiempo atrás fue dirigida a su persona.
- Dónde vas forastero? – preguntó un viejo, quizás el mismo viejo.
- Vuelvo a casa – contestó el desconocido.
Nuestro pato Genaro no tuvo tiempo de avisar, ni de pensar para sí: si Dios quiere! Cuenta la leyenda que, si así hubiera sido, Genaro Sinfé habría sido perdonado y trasladado a las puertas de su casa. Pero no todo es malo, ahora Genaro, el pato Genaro, tiene a un compañero nuevo. Un buen ejemplar de pato.
Y…, no hay mal que cien años dure. La mujer de Genaro y la de Diego, el pato Diego, se conocieron en la calle. Y unieron sus esfuerzos para erigir una posada donde, aparte de buen vino y manjares, ofrecen sus servicios personales por un buen precio. Curiosamente, las dos son aficionadas a ir al foso a echar migas de pan a los patos. De ahí salió el nombre de la posada. Al principio, enfadadas con su triste destino, quisieron ponerle “ La venganza divina”, pero el prior de la abadía, un buen cliente, les aconsejó que lo desestimaran. Quemaríais demasiado bien en la pira, les dijo. Al final convinieron en grabar el nombre de “ Los patos del foso” en el tablón que cuelga del hierro de la pared.

PD.- La pregunta es: Nadie sacará al puto viejo del puente??

Si es blanco y en botella puede ser montonazo de cosas ...


Querido, te escribo ahora que no estoy lúcida.
P.D. He tomado un evastel para la alergia y me ha entrado un buen rollito. te preguntarás angustiado:  Y por qué esta me cuenta lo del evastel ahora?
Tot bé ! Te lo cuento.
Estando resfriada 5 días con sus noches, encerrada en casa sin emociones externas y ya cansada de utilizar la hiperactividad femenina limpiando, me dije a mi misma: valiente, atrevida, osada y acércate al súper a comprar suministros ...  Yo que suelo hacerme caso y fui. En la aventura encontré un señor de avanzada edad, atento, feliz y sonriente que en la cola del súper me dijo:
-Pasa bonita, tú primero.
- Perdón ? - le pregunte ,él tenía sólo un par de cosas, yo 800 aproximadamente. Por supuesto todas para la limpieza del hogar, y un bote de nocilla de un color (estaba de oferta).
-Por favor, pasa delante mío - repitió.
-Gracias caballero, estoy muy resfriada y tengo los oídos como sordos -  sonreí  con muestras de agradecimiento y coqueteria.
-Bella criatura -  dijo  (me gustó oírlo hace un rato, pero ahora que lo escribo todavía me gusta más) -, no estás resfriada, tienes alergia...  Seguimos dialogando unos minutos y después de dejar la compra en casa fui a la farmacia a comprar... evastel
Una hora después y una pastilla más en mi cuerpo...  Me encuentro mejor !!!!!
*** Moraleja ***
Si es blanco y en botella puede ser montonazo de cosas. 
En ocasiones nada es lo que parece y por mucho que te digan aquellos que saben lo que se dicen, si no estás bien contigo (... y entonces alguien se acerca a ti te habla dulce , te sonríe y cuando te das cuenta estás en la cola de un súper sonriendo ), empieza a plantearte que la razón absoluta no existe.
**P.D.**
Quizás no tiene importancia pero no te dije que el Sr. que me llamó bella criatura (me gusta repetir esta parte) suele sentarse en la puerta del  ya más que nombrado súper a pedir limosna...

Anotación: La carta tiene DUEÑO, pero es lo que tiene no pertenecer más que a mi misma.
Angels (´)

Dulces Sueños

Angel de los Sueños

MOJANDOLO TODO ...

Mojándolo todo...

Tendida
con los muslos como alas abiertas
dispuestas al vuelo
me incitas me invitas a viajar
por lácteas vias
y negros agujeros
levemente desvelados
por tu mano que juega
con pudores y sudores
enjugando entre pétalos de carne el estigma
de tu flor más desnuda
mojándolo todo
mojándolo todo
volando por universos de licor.

Húmedas llamas
los labios que con tus dedos
delicadamente delatas, dilatas para mi
mostrándome obscena la cueva del milagro
por donde emana el líquido rayo
de la vida incandescente fuente,
lechosa lava salpicaduras de agua
profunda que inunda
mojándolo todo
mojándolo todo
volando por universos de licor.

mojándolo todo

Mi boca
besando tus labios incendiados
se dispone a beber
en tu cáliz de polen y licor
y, entre zumos y zumbidos
de olas y alas,
libidinosamente libar
el néctar
de la flor de tus mareas...
lamiendo la miel salada que te fluye
y quema mi lengua que vibra, lasciva,
entre savia y saliva
mojándolo todo,
mojándolo todo,
volando por universos de licor.

Mis alas
de cera batiendo, combatiendo
tu fuego en oleadas
de ardientes espumas y plumas
e Icaro volando
tan alto, tan alto
que a punto de entrar en el jardín del Edén
fundido su vuelo por tu derramado sol
cae como el ángel exterminado
al mar de los naufragios
mojándolo todo,
mojándolo todo,
volando por universos de licor..

mojándolo todo,
mojándolo todo,
volando por universos de licor..


Luis Eduardo Aute


Divertimentus perpetrati ( Io sono desolato )


Como buen perro me tengo,
si mucho ladro poco muerdo.
Si poco como mucho gruño,
Si no me quieres me enfuruño.

Como haría un buen can,
harto de esperar al dueño,
feliz, al llegar, te digo hola
moviendo, inconsciente, mi tosca cola.

Como buen pariente del lobo,
el orgullo pinta mi semblante.
Pero desparece raudo, pido justicia,
cada vez que tu mano me acaricia.

Soy un perro poeta,
un cánido escribiente,
un amante anacoreta,
un saco de simiente.
Un aprendiz de asceta,
un lobezno demente,
medio cañón de escopeta...
un salmón contra corriente.

Quiero el todo a partir de hoy,
aunque me llamen loco cuerdo.
Aunque de perro pase a cerdo,
cuando tú llegas yo me voy.

Quiero un cómo y un porqué
un tequiero , un hastacuando,
un que nadie ande jugando
con cometas sin cordel.

Al fin y al cabo,
soy humilde extravagancia,
sin la mínima importancia…

ASOMBROSO!


En mis viajes por Internet alguna vez me he dejado llevar por la curiosidad y he sido presa de las ansias del dinero fácil. Cabe decir que, si te ofrecen entrar en el sorteo de 20.000 € con sólo marcar una casilla después de haber rellenado algunos datos personales, el esfuerzo es mínimo... Yo lo hice ,y hoy soy el verdadero protagonista de mi historia. Entre seis casillas tenía que elegir una y marcar. Una de viajes, otra de estudios, otra de automóviles, otra de seguros... y, al fin , la que marqué yo. Una vidente que ofrecía sus servicios gratuitos. No soy muy dado a entrar en este tema, pero me hizo gracia... Sin más preámbulos os adjunto el mail que recibí y la respuesta que envié.

Espero no ser víctima de vudú, aunque esta tarde ( unas horas antes de todo este embrollo ), me empezó a doler la cabeza, un dolor punzante, muy agudo, que no se me va...

wAlter bArros


PRIMER MAIL ( la médium visionaria ):

Ante todo, quiero darle las gracias por su confianza.

En relación a su solicitud, su problema me ha parecido tan importante que he realizado un estudio profundo respecto a usted durante varias horas, a fin de ayudarle a resolverlo lo antes posible…Con toda mi amistad y mi simpatía,
Su devota amiga,

Mara
Médium Visionaria

SEGUNDO MAIL: ( yo )

Queridísima y respetadísima Mara, la médium visionaria.
A partir de hoy ya creo en los astros y en la quiromancia y en la lectura de los posos de café!!
Cuando he visto su mail, diciéndome que ha estudiado mi caso durante horas, habiendo yo enviado la solicitud ( por una oferta comercial en la red de 20.000 € ) hace sólo cinco minutos, he de confesarle que mis pelos se han erizado y se ha encogido mi piel. Usted lo sabía! Usted sabía que yo iba a marcar esa casilla, usted sabía mi nombre, usted era consciente de mi grave problema y se ha anticipado consciente de que cada segundo perdido vale un imperio. Sé que no debería escribirle este mail, porque evidentemente usted ya sabe lo que le quiero decir, pero recíbalo tan sólo como muestra de sumo agradecimiento. Ahora ya estoy tranquilo, siento que mi confianza, que derivaba hacia el abismo, va retomando el rumbo adecuado. Mi barco tiene un buen timonel por fin.
Es de bien nacido ser agradecido y voy a hablar de usted a todos mis amigos,
algunos tienen problemas más graves del que me ha impulsado a mi a esta desesperada búsqueda, pero yo qué le voy a contar, usted ya lo sabe...
Deme un segundo!
Que sepa que ellos ya están al corriente de sus aptitudes sobrenaturales, ya sabe... El tiempo es oro en estos casos. Sólo le pido un favor muy grande, aparte del de ayudarme en mi tragedia,... Por favor Mara, la asombrosa médium vidente, cuando ellos le llamen no pregunte: Cuál es su nombre?

Con todos mis respetos, que le envío ahora pero le han llegado ya hace rato!!!!

El cometa nunca viene cuando lo necesitas!


Decidí acceder a su deseo más por honor que por amor. Después de una noche en la cual viajé al séptimo cielo gracias a sus caricias y a sus espasmos, le di mi palabra.
- Mañana te llevo, lo prometo – solté, esperando que el cometa Halley arrasara la Tierra por la noche mientras durmiéramos.
Pero el Halley no volverá hasta el 2061 y, al despertar, todo estaba en orden. Ya el hecho del despertar en sí era bastante indicativo de la nula intención del cometa para bajar en mi ayuda.
Y allí me encontraba yo, atravesando la playa de Pals en dirección al camino que serpentea remontando unas rocas y desemboca en la pequeña y hermosa cala que sirve de guarida a los practicantes de la sana tradición del nudismo. Yo, un iconoclasta de tendencias ácratas, siempre he tenido un matiz pseudo-casquivano en lo referente a mi desnudez pública y eso hacía que, aunque disimulándolo, un sentimiento de inseguridad me invadiera. Mi primera vez! No se lo diría, cómo podía confesarle algo así? Ella era virgen en el tema y yo siempre me había asignado el papel de hombre de mundo, por lo que me tocaba representar uno de mis mejores papeles, con ella como público.
Habíamos, ya, conseguido trepar hasta la cima de la roca y debajo nuestro se dibujaba lo que mi educación católico-victoriana relacionaba con el principio del fin de la ciudad de Gomorra. La playa, cerrada en semicírculo a nuestros pies, era una pequeña maravilla de la naturaleza. Desde nuestra posición, a unos cuarenta metros por encima, podíamos observar nítidamente el relieve del fondo marino, sólo adulterado por el movimiento de alguna minúscula ola y por los destellos intermitentes de la canícula. La arena estaba repleta de cuerpos desnudos tumbados. Culos sonrientes, tetas observadoras ( bizcas habría algunas, pensé ), periscopios en posición latente esperando no ser llamados a misión… Mi primera vez como voyeur y , al mismo tiempo, en unos minutos iba a convertirme en objeto de voyeurismo.
- Allí veo un hueco, rápido! – me dijo ella, arrastrándome con una ilusión que yo no entendía.
En medio de la playa, estábamos justo en medio de la playa! Rodeados de norte a sur y de este a oeste… Lo peor de todo, pensé, sería el camino hacia el agua. Qué haría? Debía pasar por el medio de toallas, sombrillas, grupos de naturistas hablando. Joder, y en pelotas! Aunque deseché la opción de irme al agua en bañador. Por si era el desencadenante de un motín con linchamiento final. Se veían pacíficos y buena gente, pero quién se fía de alguien que está desnudo y te mira a los ojos?
La verdad es que la jornada pasaba agradablemente, después de superar mis complejos y temores. Ella estaba contenta y yo, aunque con la procesión por dentro, había sido un maestro de ceremonias ejemplar. Sólo un pequeño detalle me puso en alerta por unos instantes. El sol iba derivando hacía el oeste y la sombra de las rocas devoraba con avidez parte de la playa. Éramos los mismos pero los metros cuadrados utilizables se habían reducido a la mitad. Como playa nudista me empezaba a parecer un poco demasiado densa. Noté unas gotas heladas en mi espalda, me giré, y ella me sonreía. Llegaba de refrescarse y la tenía de pie ante mí con su figura esbelta, su piel de alabastro enrojecido, su cabello de azabache chorreando como una fuente… Unas gotas de agua afortunadas coronaban sus pezones y a mi me parecieron piercings de diamantes. Creí ver, dejando aparte la vestimenta, una aparición mariana. Dos gotas más atrevidas que las otras estaban en plena carrera descendiente, rodeando su ombligo, hasta que confluyeron las dos en la misma meta. Su pubis depilado. Mi santuario. Ya me solté y los metros cuadrados menguantes se diluyeron. Al final me tumbé a su lado, de espaldas eso sí, y me quedé semi-inconsciente. Estaba en el paraíso, eso era el cielo. Desnudo bajo el sol, al lado de ella. Estos pensamientos me reconfortaban y aumentaban mi devoción. Empecé a acariciar suavemente sus muslos con mis dedos, con movimientos casi inapreciables. Ella parecía estar a gusto, silenciosa con los ojos cerrados, y seguí. Empecé a usar mis pies para , poco a poco y dulcemente, rozar sus tobillos. La pasión aumentaba y mi pie subía hasta su rodilla para bajar, presionando ya más fuerte, contorneando sus gemelos hasta pararme en su talón. Ella nada. Fue cuando caracoleé mi dedo gordo por la planta de su pie que ella, bruscamente, apartó tan placentera unión.
- Qué haces? – le dije, un tanto mosqueado.
Ella abrió los ojos, me miro y dijo: Qué!
Pues nada, me puse otra vez con más ánimo, con más ahínco, con más amor si cabe. Adornando los caracoleos e imprimiendo a mis caricias una energía renovada. Y, al rato, otra vez. Una separación violenta y una pregunta, ya más molesto.
- Qué haces? - repetí .
- Quéeee… - me dijo ella, con algo de cabreo.
- Joder, por qué te molestan mis achuchones? Qué hay de malo?
- Tus achuchones? Pero qué dices? A mi?
Eso me mosqueó y me incorporé. Miré para atrás. Y otra vez quise que el cometa llegara con su lluvia de fuego exterminadora. Mis pies no tocaban los de ella. Debido a la compresión demográfica tenía justo detrás a un hombre ( eso me pareció ) de avanzada edad, al que yo parecía haber despertado de su siesta. Un despertar concienzudo sin duda. Cuando me pongo, me pongo. Debía andar por los sesenta. Su piel era casi puro carbón, de moreno que estaba. Llevaba el cabello rizado y en su cuello lucía dos cadenas de oro impresionantes… Se había incorporado un poco y me miraba fijamente, sonriéndome. Sólo tuve arrestos para dibujar un leve gesto de desagravio y me giré otra vez. No había podido resistir a la tentación de mirar entre sus piernas. Y mis arrumacos cariñosos ( dirigidos a mi novia ) habían tenido éxito!!
Ella aún se ríe. Yo me fundiría. Él no sé...

Te espero Príncipe Azul aunque seas Rosa ...


Tengo la sensación de que me estás buscando.
No consigo sentarme cerca de esa ventana
sin pensar en  un posible mañana.
Empieza a llover y es entonces cuando soy consciente de que te necesito cerca de mí.
Ya no me vale la experiencia vivida, no me interesa creerme  que no existes. Te quiero y te quiero cerca.


 AbcdefghijkMOpqRstuvwxyz
Te espero, príncipe azul,  sin importarme del color que seas me apetece equivocarme en el sabor del helado que te gusta y demostrarte así que el de limón también es bueno. Me apetece que te olvides de que hoy es el día del amor e improvises una cena con flores para compensarlo, me apetece que leas mis poemas  y les pongas músicas de anuncios. Me apetece que intentes planchar las camisas para impresionarme, me apetece pensar en ti  todo el día y desear  con urgencia verte,  me apetece que tengas celos  del chico del quiosco porque me mira. Me apetece despertar contigo el domingo y llevarte el desayuno a la cama, me apetece que me ganes a las damas, me apetece que pasees a mi perro y estés contento por ello. Me apetece hablar con tu madre mientras me enseña fotos, me apetece que me pidas una y otra vez que te haga galletas, me apetece descubrir el restaurante de la esquina en jueves... Me apetece que te vistas de azul en luna llena, enciendas un fuego con leña y me llames mi dulce princesa …


   

Te espero príncipe Azul aunque seas Rosa... Verde, Gris, Granate, Rojo, Moteado o Canela

Angels (´)