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Queda tan bien tu ropa en mi armario… que verte hacer la maleta me mata.


Llego a casa. Un día duro, pero cuándo no lo es?

Todo está como lo dejé, excepto el café del desayuno, que olvidé ponerlo en el fregadero y toda una familia vive en cafeína
(alguien sabrá si los insectos sufren las consecuencias de la cafeína, como los humanos?). Mientras lo lavo recuerdo cuando estaba con él. Cuando empezamos nunca me despertaba sola, estaban aquellos dulces ojos azules mirándome o una nota me esperaba en la mesa del comedor. Luego las cosas fueron cambiando y un día todas las notas, que guardaba como tesoro, se estamparon en aquellos ojos azules. Hubo un tiempo medio, dulce tiempo medio, pero sinceramente lo mejor fue el principio, encontrarnos, enamorarnos, vernos a escondidas y hablar horas y tiempo sin pausa … Y por supuesto ahora fuera de entonces, aquel final, apoteósico, fantástico y pasional.

Ya la taza limpia, cambia el ritmo de mis pensamientos, me pongo ropa cómoda, descalza ando por casa buscando la pinza del pelo que olvide en algún rincón ayer, me sirvo una copa de vino y un trozo de pollo a l'ast . La música de un anuncio suena y la piel se me eriza, creo tener añoranza un instante, pero al segundo me doy cuenta que lo que realmente siento en mi piel es libertad, una felicidad un tanto extraña me recorre toda. Es posible que lo que realmente quiera y me haga feliz no sea exactamente lo que los demás me han inculcado que he de desear? Tendría lógica y explicaría la serie de cortocircuitos que en ocasiones me hacen dudar de lo que realmente quiero.

Recuerdo el día que se fue, llegué a casa y había una nota en la mesa, él estaba en la habitación haciendo la maleta. Solo le pude decir, con la nota en mi mano sin leer:

-Queda tan bien tu ropa en mi armario… que verte hacer la maleta me mata.

Lo había oído en una película y siempre me apeteció decir esta frase, creí que era el momento ideal. La tenía preparada por si la necesitaba . Después la de siga ese taxi, pero la primera ya causó efecto, y además se fue andando.

… Después leí la nota;
- Me voy, siempre supe que eras Ángel y Demonio, de verdad quería aceptarlo, creí
que sería capaz de estar entre los dos, pero no puedo …


Me sirvo un poco más de vino mientras me instalo en el sofá. Quién soy de las dos,
Ángel o Demonio?

6 comentarios:

  1. Si en el sofá, con la copa en la mano sonríes, probablemente seas lo segundo...

    Probablemente...

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  2. No sé que ha passat, però el que et vaig escriure s'ha esborrat o no ha arribat a sortir. En tot cas, et posaré el que recordo...
    Per què hem de triar entre l'àngel i el dimoni?
    Al cap i a la fi, un no pot viure sense l'altra, l'exiténcia d'un possibilita l'existència de l'altra. Tots dos es necessiten l'un a l'altra, l'abséncia d'un d'ells feria que l'altra no perdés el seu sentit.
    No creus?
    Jo crec, que tens una mica de tots dos...

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  3. Litus !!! ho has fet ;)
    Sí, es cert tinc una mica de tots dos. I a vegades
    molt de un o de l'altre.

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  4. Angels, no creo que se trate de angeles y demonios, si no de seres humanos, de ser aceptadas como tales.

    Te cuento algo, leer esto me recordó mi ultima historia de amor, que corresponde a mi primera convivencia. La que se fue de vuelta a Europa soy yo, es verdad, pero con la esperanza de que el me siga. Y cuando por fin vino me dijo más o menos la misma cosa, que soy una persona excelente, una mujer que puede hacer feliz un hombre, que incluso fui su mejor relación (tiene casi 40 años), pero que no da abasto conmigo, porque tengo demasiada energía para él y soy muy, diria un guiri, "demanding". Y resulta que al inicio, allí por 2007, no pensaba que yo fuera así, o que siga como soy.

    Aquí llego a lo que queria decir, que al lado de nuestras calidades "angelicales", que mejor dicho corresponden a sus ideales, también tenemos otras menos a su gusto, pero que no acaban aceptando y "demonizan" por no corresponder a su imagen. Un point c'est tout. Me gusta tu blog.

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  5. querer estar entre ángel y demonio no es estar contigo plenamente, darte alas y calor, vivir tus momentos, a tu lado y comprender que tú eres cada instante, que sin uno de ellos no serías tú.

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