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CUENTO II



... y la princesa se encontró, de golpe, al pie de la torre. Su guardián alertaba desde la ventana con aullidos de lobo que descendían a peso desde las alturas. Lili, la princesa Lili, asustada e indecisa, corrió hacia el bosque con todas sus fuerzas. No tenía arrestos para girarse, pero oía con nitidez el eco de los pasos de sus perseguidores. Corre Lili, no te gires, no te detengas, corre tanto como puedas! Lili oyó mi voz, oyó nuestra voz, oyó la voz de todos los que deseamos su libertad. Y corrió, y no se detuvo, y no se giró. Las ramas de los arbustos rasgaban la seda de su falda, desgarraban sus medias de hilo paquistaní. Las piedras del sendero partieron uno de los tacones de sus zapatos italianos. Y una rama envidiosa invadió el territorio sacro de su corsé, partiendo el cordón que lo anudaba. Descalza, sin falda y sin que nada oprimiera su delicado talle, Lili sintió por primera vez la sensación de libertad. Por primera vez respiró y por primera vez se sintió ágil, liviana, casi ingrávida. Casi perdió el sentido de la realidad. Un casi cruel. Los ladridos de los sabuesos del rey se acercaban y el despertar de Lili fue mi despertar, nuestro despertar, el despertar de los que deseamos que Lili vuele. Y Lili se encontró en un cruce de caminos y dudó. Un camino ancho, sin piedras, con luz, marcaba una senda familiar – una senda que Lili creía recordar -, un camino que le permitiría correr sin tropezar. Un cartel indicador con la leyenda SENDA MARCADA parecía estar justo ahí en señal de ayuda. No elijas porqué sí Lili, escucha tu corazón. Lili volvió a oír mi voz, nuestra voz, la voz de los que le deseamos la mejor de las aventuras. Y Lili se dispuso a otear el segundo camino. Un paso estrecho, oscuro, adusto, invadido por la oscuridad. Escoltado a banda y banda por los brazos amenazadores de una tupida vegetación. Un camino tenebroso, aunque del fondo surgía una música maravillosa. Un paso ciego hacia un final hermoso? O una trampa diabólica? Miró de nuevo, nerviosa – casi alcanzada por la guardia real -, hacia la vereda libre de obstáculos. Al fondo vio la figura de su padre, el rey, dibujando el gesto de un futuro abrazo, asomando una sonrisa. Con una llave en la mano. Elige bien Lili, elige bien! Mi voz, vuestra voz, la voz del deseo. Y Lili, al fin, se dejó llevar por la música, aunque la devorara el camino.


3 comentarios:

  1. Bufffffffff quin patiment. Que es deu sentir quan ets lliure com el vent?

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  2. El vent també té amo... Eol el guarda dins un sac

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  3. Eol guarda dins un sac un (te amo)
    El vent (el també)

    Avui las paraules no em farien tirar endarrere ...

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